Plano de Pinar del Río (en negro, Consolación del Sur) |
Consolación del Sur es uno de los municipios de la provincia de Pinar del Río. Durante la República formaban parte del mismo los barrios de Alonso Rojas, Arroyo Colorado, Ceja de Herradura, Colmenar, Herradura, Jagua, Lajas, Legua, Leña, Palenque, Pilotos, Río Hondo, Ruiz, San Diego de los Baños, San Pablo, Santa Clara, Soledad y Villa; que totalizaban 3 968 fincas. Según el censo de 1953 Consolación del Sur tenía una población de 50 915 habitantes distribuidos en un área de 1 209 Km cuadrados lo que resultaba en una proporción de 42.1 habitantes por Km cuadrado; el 79.8 % de esa población se encontraba en las zonas rurales.Su santo patrono era Nuestra Señora de la Candelaria.
El término municipal de Consolación del Sur formaba parte del partido judicial de su nombre. Contaba con juzgados de primera Instancia e Instrucción y juzgado municipal; ambos de tercera clase y ubicados en la cabecera, teniendo además juzgados municipales de cuarta clase en Alonso Rojas y San Diego de los baños. Tenía, además, Jefatura Local de Salubridad, Junta de Educación, Oficina Local de Comunicaciones y Junta Municipal Electoral.
Situación y límites:
El municipio de Consolación del Sur se encontraba situado en centro de la provincia, limitando por el norte con los términos municipales de Viñales y Consolación del Norte; por el este con el término municipal de Los Palacios; por el sur con el Mar de las Antillas y por el oeste con el municipio de Pinar del Río.
Consolación del Sur (vista aérea de los años 1950) |
Como la mayor parte de los términos municipales de la provincia, comprendía tres zonas topográficas: a) una al norte, montañosa, en la que se alzan las alturas calizas de la sierra de los Órganos, destacándose los mogotes de la sierra de la Güira; b) otra al centro, que forma parte del peniplano occidental de Cuba, y c) junto a la costa, una tercera porción cenagosa y cubierta de mangles. El geógrafo Esteban Pichardo señaló que el territorio de este término municipal era «…llano, arenoso, húmedo, cortado de ríos, bosques y sabanas al sur; fragoso, pizarroso, calcáreo, seco, zanjeado de hondos barrancos y cubierto de pinares, al norte; ondeado, arenoso, arcilloso, de sabanas y vegas al centro. Los intermedios de río a río son sabanas de guanales y pinares, en el sur; de pinares ybarrigonales, en el medio; de pinares y encinales, en lo alto. Las sabanas o prados naturales son estériles; no tanto los que fueron bosques consumidos por los incendios anuales. Las lomas son Cuchillas, con algunos pinos, las pizarrosas, y bosques de pinos en las calcáreas. La planicie austral parece haber sido un bosque cerrado desde el hato de las Vegas hasta La Coloma; las sabanas de Juan Martín, del Guanal y de Santiago denotan grandes quemados. Este llano en tiempo de seca es arenoso y fofo, de suerte que fuera de los caminos no puede correrse cien pasos sin hundirse las caballerías hasta el pecho, cubierto de yerba amarilla en medio de la cual se elevan millones de melancólicos guanos y pinos. Este suelo – continuó Pichardo – es lo más estéril que puede imaginarse, empero donde lo cortan las vertientes de algunos ríos dispersados en su superficie, ofrecen sus orillas tierras feraces, turbosas, sobrepuestas de mantillo, con altos y espesos bosques. Al centro, el terreno ondeado, regado de arroyos, es una sabana improductiva, aunque menos arenosaque la otra, con el piso arcilloso, salpicado de pinos, palmas barrigonas o encinas. Subiendo al noroeste, desaparecen las segundas y continúan los primeros por altísimas Cuchillas, entre las que sobresalen las de Juan Bran, el Lirio y la de Caiguanabo, todas laderas inaccesibles y manando de sus barrancos agua clarísima, célebre por su pureza y que es conocida con el nombre de Agua del Pinar.»
Al norte del término municipal se advierte la arista que separa las vertientes norte y sur de la Isla, por las lomas de Pico Grande de San Andrés y las Cucharas al mogote de la mina de la Chorrera y sierra de San Vicente. Al sur de la arista están el valle de la Ceja de Ana de Luna por donde corre en sus inicios el río Hondo y el valle del Caiguanabo, cuna del río de su nombre. Más al sur salen – como ya se ha dicho – los espolones conocidos por Loma de Caiguanabo, del Lirio, de Juan Moreno, de Juan Bran y otras menores, todas esquítosas y con pinares. A sus faldas comienza un suelo suavemente ondulado, pero cortado por arroyos de profundos barrancos que no permiten el paso a no ser por determinadas líneas tortuosas, a merced de las hondonadas. Así son los terrenos de Candelaria, Lajas, Leña y Pinalillo y aún el mismo pueblo de Consolación. Finalmente, la comunicación principal natural que el grupo oeste ofrece por medio estas montañas a una y otra banda es el Abra del Rosario, que de la hacienda de este nombre va por la Chorrera, río Hondo y Lagunal, a la cabecera del término municipal, en el llano del sur.
El Balneario de San Diego de los Baños en 1953 |
Cuenta el territorio con numerosas cavernas, pudiendo mencionarse como principal la de Santa Catalina, que es una gruta inmensa, cuya gran puerta está a poco más de 40 metros del suelo. Existen, además, varios valles como el de la Ceja de Ana de Luna, que hemos mencionado anteriormente. Es una planicie tan nivelada que en la estación lluviosa se inunda y se convierte en un lago o ciénaga que llaman el Caguasal, por la yerba de este nombre que allí abunda.
Pichardo dijo también que esta comarca reposa sobre un banco calcáreo de formación secundaria. Es, agregó, un terreno neptuniano, inmenso acopio de animales petrificados, cuyos cadáveres amontonados por una enorme fuerza forman la extensa base de las Antillas de Sotavento, despojos visibles aún en la roca maciza del banco.
Solamente un mapa de grande escala podría explicar bien el laberinto de aguas de esta comarca: los brazos, caños, confluencias y ramificaciones de los ríos que riegan, se juntan, se separan, se unen, se dispersan formando lagunas o perdiéndose en un arenal o en un manglar. El más importante es el río Hondo, caudalosa y profunda corriente, que nace en la hacienda de la Chorrera, al pie de la Cuchilla de los Gavilanes, riega el valle de Tejas, la hacienda de Ana de Luna y el caserío de su nombre, ocupando sus fértiles orillas las renombradas vegas de tabaco próximas a Consolación y Puerta de Golpe. Su curso general es al sureste y recibe numerosos afluentes por entrambas riberas, de los cuales el principal es el río Santa Clara, que nace en la sierra del Rosario con el nombre de río de Lajas. El río Hondo desagua en la albufera del Gato, formando antes en la ciénaga un gran estero llamado Laguna del Masío. Tiene unos 45 kilómetros, y el geógrafo Pichardo lo llamo “ese gigante de Occidente… forma un delta de unas 1500 caballerías de tierra mucho mayor, en proporción, que el que era mucho mayor, en proporción que el queforman el Nilo y el Ganges…, hace más deun siglo que este río era caudaloso y navegable hasta el mar, pero en 1741 don Nicolás Hidalgo Gato, dueño del Roblar, y don Francisco Duarte, arrendatario de Juan Martín, convinieron en cerrarle e impedir toda navegación, para lo cual Gato empalizó la boca del río…”. Otro río importante es el Herradura, que nace en la sierra y corral de La Güira, corre hacia el sur.; júntasele por la derecha el arroyo Pinalillo, antes de llegar a la hacienda de ese título y poco después el de Candelaria, por la izquierda; prosigue al sur reabriendo por la derecha al Arroyo del Medio y al de la Legua que viene unido con el delMasio y continúa su rumbo hacia el sur, pasando cerca del pueblo y hacienda de Herradura, que le da su nombre. Más allá del pueblo recibe numerosos afluentes hasta despedir un brazo por la izquierda que va a unirse al río Caiguanabo o San Diego, sobre la ciénaga, y como a cuatro km de su boca. El otro brazo, de la derecha, que es el río Portugal o Herradura, prosigue hacia el sureste, entra en la ciénaga y antes de desbocar en el mar se abre en dos esteros de grandes bocas: el de la izquierda llamado estero Golpe de San Diego o Salida de la Herradura, y el occidental, estero del Boquete. El río Herradura tiene unos 40 km de largo y una anchura media de 15 a 20 metros. Otros ríos del término municipal son el Caiguanabo o San Diego, el Ajiconal, el San Felipe y el Macurijes.
Iglesia de Consolación del Sur (foto actual) |
La descripción del territorio del municipio no puede completarse sin mencionar, como características de su flora la palma cana, que tanto abunda en Vuelta Abajo, pero principalmente en Consolación, sino también la palma barrigona que es una planta que alcanza hasta diez metros de altura, con tronco de gran abultamiento en el centro y muy delgado en sus extremos, de gran utilidad para el campesino. Asimismo es característica la palma corcho, planta igualmente indígena, con una corteza rugosa que presenta de trecho en trecho unos anillos, de la cual se dice que es una especie que vivió junto a las coníferas y helechos gigantescos, plantas que por sucesivos trastornos geológicos y un proceso de mineralización y petrificación dieron origen al hulla. Aparentemente la palma corcho apenas se conserva en el mundo en una zona que se extiende desde San Diego hasta las cercanías de la ciudad de Pinar del Río, si bien en un rincón situado cerca del pueblo de Pilotos es donde más abunda. La cabecera del término municipal es la villa de Consolación, la cual comenzó a fundarse allá por el año 1690, pero en 1750 fue trasladada al sitio donde hoy se encuentra. El censo de 1907 le atribuyó una población de 3 414 habitantes, que en 1953 se había elevado a 6 146.
Otros núcleos urbanos de importancia eran:
Alonso de Rojas: Cabecera del barrio rural de su nombre y del término municipal de su nombre que fue creado el 1ro de enero de 1879 y suprimido en 1902 durante la ocupación militar de Estados Unidos. Este poblado fue fundado en 1863 por Juan Calvo, José Burgada y Juan Bustamante y fue destruido durante la Guerra del 95. En el censo de 1953 contaba con una población urbana inferior a los 1000 habitantes.
Herradura: Cabecera del barrio rural de su nombre, situada a orillas de la línea del ferrocarril y unida a la Carretera Central por una pequeña carretera, distaba de la cabecera municipal unos nueve km. El poblado era antiguo, pero fue reconstruido en 1904 por una colonia norteamericana que se estableció en el lugar para dedicarse al cultivo de los cítricos. Al final sus propiedades pasarían a la compañía cubana The Herradura Land Co, perdiendo el poblado la importancia que en los primeros años republicanos tuvo y cediéndola a Entronque de Herradura, junto a la Carretera Central.
Pilotos: Población situada hacia el oeste del término municipal, próxima al límite con el municipio Pinar del Río. En 1953 tenía menos de 1000 habitantes, pero era una rica zona tabacalera.
Puerta de Golpe: Cabecera del barrio rural de Río Hondo, donde radicaban algunas de las mejores vegas de tabaco del municipio. Era la más habitada y de mayor movimiento agrícola y comercial de las poblaciones del interior del municipio. En 1953 tenía unos 1512 habitantes y contaba con una estación de ferrocarriles.
San Diego de los Baños: Cabecera del barrio de su nombre, población situada junto al río San Diego o Caiguanabo, a pocos kilómetros al norte del kilómetro 126 de la Carretera Central, donde brotan los manantiales sulfotermales más conocidos de Cuba y de fama internacional. Estos manantiales derivan del mismo río, cuyo lecho es un vasto banco de mármoles azules. Las aguas son utilizadas y recomendadas, desde mediados del siglo XVIII, por sus propiedades terapéuticas sorprendentes. El pueblo comenzó a formarse en 1793, año en el cual se levantó y abrió al culto una ermita bajo la advocación de San Diego en el hato San Pedro de la Galera, perteneciente a don Mateo Pedroso, pero en realidad no comenzó a existir en sentido ordenado y formal hasta que en 1844 Luis Pedroso, heredero de Mateo, emprendió la edificación regular del caserío, trazando el plano de la actual población el agrimensor Cristóbal Gallegos. Hasta 1879 era San Diego cabecera del partido de su nombre, perteneciente a la jurisdicción de San Cristóbal, pero en enero 1 de dicho año se creó Ayuntamiento, adviniendo así a la vida municipal, condición que conservó hasta la promulgación de la Orden Militar 23 de 1902 que suprimió el término municipal y anexó sus barrios a Consolación del Sur, con la excepción del de Catalina, incorporado a Consolación del Norte. En el censo de 1953 el pueblo contaba con menos de 1000 habitantes. En las décadas del 40 y 50 el poblado fue reconstruido totalmente y puesto bajo la administración de un organismo autónomo, el Patronato Ejecutivo para la Ciudad Balneario de San Diego.
Economía:
La agricultura era la principal fuente de riqueza de Consolación del Sur, siendo su producción agropecuaria equivalente al 13 % de la producción agropecuaria provincial, lo que colocaba a este término municipal en tercer lugar en rango en cuanto a este orden de riquezas, superado únicamente por Pinar del Río y San Juan y Martínez. Estaba representada por: tabaco, ganado, arroz, maíz, boniato, yuca dulce, malanga blanca y otras viandas, hortalizas, frijol, piña morada, naranja dulce, pimiento, etc. El tabaco constituía el 55 % de sus ingresos agrícolas, equivaliendo la producción municipal al 14 % de la provincial; seguían en orden de importancia los productos de la ganadería con el 12 %, las viandas con poco más del 10 %, el arroz con el 9 %, si bien, hay que señalar que este último porcentaje debió experimentar un considerable aumento en los últimos años anteriores a 1959 al expandirse los cultivos de este cereal. Sus áreas dedicadas a pasto sumaban 52 003 hectáreas, las cubiertas de monte 9896 y las afectadas por el marabú 10 720.
Es preciso decir que Consolación del Sur había pasado a ser el primer municipio productor de arroz de la provincia y uno de los más importantes de Cuba. Antes de 1959 las siembras se habían incrementado considerablemente gracias a la abundancia de agua y la mecanización, que habían permitido incorporar a la producción extensiones de terrenos al sur del municipio que se juzgaban, hasta ese momento, totalmente estériles.
Pero no sólo el arroz destacaba a Consolación del Sur en el cuadro productivo de la provincia. El municipio ocupaba también el primer lugar de la provincia en cuanto a la producción ganadera y de boniato.
Otros datos censales:
Durante la República Consolación del Sur triplicó la población que tenía al cesar la soberanía española, conforme podrá apreciarse a continuación:
1887 1899 1907 1919 1931 1943 1953
26 645 19 084 28 819 32 496 43 790 47 068 50 915
Otros datos de interés ofrecidos por el censo de 1953 fueron:
- El número de viviendas urbanas era en 1953 de 2248 y el de viviendas rurales de 7 261, lo que hacía un total de 9 509.
- La población económicamente activa de catorce y más años de edad, era de 17 202 habitantes.
- Figuraban empadronados 12 063 analfabetos, equivalentes a un 32.8 por 100 de la población de diez o más años de edad.
- Los electores registrados sumaban 22981.
Comunicaciones:
Hasta 1908 la vía de comunicación civilizada con La Habana y Pinar del Río era el ferrocarril del Oeste, pero éste no llegaba a la villa de Consolación y era necesario recorrer tres kilómetros por una maltrecha carretera para alcanzar el tren, situación enojosa a la que se puso término merced a la ley de 15 mayo 1914 del representante Wifredo Fernández Vega, lográndose así la aproximación del ferrocarril a Consolación. Durante la administración de Charles Magoon se realizó la prolongación hasta Guane de la carretera de La Habana a San Cristóbal, pasando por Consolación y Pinar del Río, vía que en 1930 se transformó en la Carretera Central. Como el FC, ésta atraviesa el municipio de este a oeste siendo de 152 kilómetros la distancia que separa a la cabecera de La Habana en dirección este y de 22 kilómetros la que media a Pinar del Rio, en dirección oeste.Existían, además, carreteras que unían a la Carretera Central por el norte con San Diego de los Baños y Pilotos, y por el sur con Paso Real de San Diego, Herradura, Alonso de Rojas y Puerta de Golpe. Existían también varios caminos vecinales.
Como casi todos los otros núcleos urbanos importantes de la provincia, Consolación contaba con servicio de correo, telégrafo y teléfono, local y de larga distancia.
Historia local:
La primera merced fue concedida el 15 enero 1569, a favor de Pedro López Sosa, para explotar el corral Consolación. Otras mercedes otorgadas posteriormente fueron las siguientes: corral San Felipe (Juan de Rojas 1574); hato Hernán Cortés (Juan Narváez 1578); corrales Río Hondo (Baltasar Roías 1578); Herradura (Juan de Rojas 1598); Caimito (Juan Pérez Oporto, 1626); Rancho del Ají (Agustín Rojas, 1628); hato Quemado Grande (Petrona del Castillo, 1632); corral Santa Rosa o San Diego (Francisco Martínez 1632).
Consolación deriva su nombre del corral mercedado a López Sosa en 1569, si bien no fue hasta 1690 que se hizo el primer esfuerzo encaminado a crear el poblado, mediante la edificación de una pequeña ermita destinada a los feligreses de los alrededores, dando esto lugar a que se estableciera una tienda mixta en el sitio donde radica actualmente la localidad agrupándose en sus inmediaciones algunas pobres viviendas. La modesta iglesia fue erigida en parroquia por el obispo Compostela, designándose como auxiliar suya la de La Chorrera o Consolación del Norte y siendo su primer párroco el presbítero Antonio Gómez Brito. En 1750 la iglesia fue trasladada al sitio donde actualmente radica la villa, dándose el primer impulso urbanístico al proceder la familia Cruz Vichot y Eligio Pérez a la distribución entre los vecinos de 254 solares procedentes de unas 20 hectáreas de terreno que había cedido la marquesa de Gargallo de un fundo recibido mediante merced real. Se afirma que la primera casa construida fue la de Dominga Peña y Díaz, en la calle Sur, asegurando a la vez el geógrafo Pichardo que por entonces Consolación “era el caserío más vistoso y grande la jurisdicción de Nueva Filipina, estando formado por tres casas de mampostería y tejas, cinco de tabla y teja, dos de tabla y guana y 70 de embarrado y guano, contando en total con 192 habitantes que en 1846 habían pasado a ser 262.
A principios del siglo XIX, y por breve tiempo, Consolación tuvo Ayuntamiento, aunque no llegó a formalizarse su integración, pues desapareció por obra del gobernador Juan Ruiz de Apodaca, como muchos otros, al cesar el régimen constitucional. En su lugar, en 1830 fue creada la Capitanía Pedánea, con Vicente Araoz como primer capitán. El último habría de serlo Raimundo Ubieta.
En aquellos tiempos iniciales la calle principal era la calle Real y las otras recibían los nombres de la Laguna, la de la Guásima, la del Sur, la de Salsipuedes, la de la Plaza y la de la Iglesia. En 1844 un incendio destruyó el templo, levantándose en el mismo sitio otro de guano, con un cementerio anexo, que al siguiente año fue trasladado al lugar que ocupa en la actualidad.
La nueva iglesia apenas duró cuatro años, pues otro incendio la hizo cenizas, edificándose otra nueva en la esquina formada por las calles Sur y Cruz Vichot, la cual se desplomó por defectos de fabricación basta que, bajo la dirección de don Salvador Domenech, se construyó la hoy día existente, que quedó consagrada en 1875, teniendo por primer párroco al presbítero Rafael Nájera. Su costo ascendió a $ 52 000, suma que reunieron los vecinos por gestiones del capitán de partido don José Armenteros.
El 1ro de julio 1866 surgió Consolación del Sur a la vida municipal, esta vez definitivamente, al crearse su Ayuntamiento, figurando como primer alcalde don Juan Rodríguez. El 21 de noviembre de 1879, por Real Orden se otorgó a Consolación el título de villa. En 1884 ocupaba el cargo de alcalde don Manuel Garay y Urrutia. Al tiempo de cesar la soberanía española la posición era servida por Evaristo Perojo, a quien reemplazó por decisión del gobierno interventor el licenciado Miguel Henríquez y Porto.
Durante la Guerra del 95 y no obstante el hecho de que en la villa predominaba el elemento peninsular, un grupo entusiastas consolareños se dispuso a abrazar la causa separatista. En este sentido son dignos de especial mención los esfuerzos conspirativos de Ernesto Asbert y Díaz, de los hermanos, Miguel, Ramón y Pío Cruz, de Ramón y Domingo Hernández, de Francisco Alonso y de Francisco Armendy. La labor de ellos, y en especial de Asbert, no dejó de llamar la atención de las autoridades coloniales, pero enterado el último a tiempo, ideo realizar un viaie a La Habana que sirviera para despistar las sospechas y más tarde volvió a su pueblo para aguardar el momento de empuñar las armas lo cual hizo el 9 enero 1896, incorporándose a las fuerzas de la columna invasora mandadas por el coronel Antonio Núñez, secundado – señalan los historiadores Emeterio Santovenia y Adolfo Dollero – por 119 hombres, de los cuales 40 estaban armados de fusiles Remington y los restantes de machetes.
Coronel del Ejército Libertador cubano, Ernesto Asbert, natural de Consolación del Sur |
Otra importante contribución a la lucha independentista fue la brindada por la familia Páez. En Catalina Valdés de Páez marchando a la manigua con sus diez hijos, brindó Consolación del Sur, y con ésta Vuelta Abajo, un magnífico exponente de bien sentida devoción patriótica. Entre los consolareños que alcanzaron altos grados en el ejército mambí figuraron el propio Asbert, que llegó a coronel y peleó en la provincia de La Habana; el también coronel Domingo Hernández, que combatió a las órdenes del mayor general Mario García Menocal y el teniente coronel José Pereda y Gálvez.
Los sucesos más notables relacionados con la Guerra del 95, en lo que a la villa de Consolación del Sur se refiere, pueden resumirse del siguiente modo:
a) El 9 enero 1896, día de la incorporación al Ejército Libertador de Asbert y los que con él habían jurado defender la bandera de la estrella solitaria, acamparon en las cercanías del poblado las fuerzas invasoras al mando de los coroneles Cayito Álvarez y Antonio Núñez.
b) El día 12 de enero se presentó en la población el comandante mambí Pío Domínguez al frente de 250 hombres, procediendo a extraer el mobiliario y archivo municipal, que depositaron en la Plaza de Recreo, incendiándolos.
c) El 25 de marzo siguiente, en la loma del Descanso, barrio de Lajas, se registró un encuentro entre las fuerzas insurrectas al mando del mayor general Antonio Maceo y las españolas, que comandaba el general Suárez Valdés, resultando este último herido de dos balazos.
d) El 10 de mayo acampó el general Maceo en el asiento de la hacienda San Blas.
e) El 22 del mismo mes tuvo efecto el combate de El Roblar, entre las fuerzas insurrectas al mando de Roberto Bermúdez y Francisco Peraza y las tropas españolas mandadas por el general Ge-labert, quien sufrió heridas de gravedad, terminando la acción al retirarse el Ejército español.
f) A siguiente día a las nueve y media de la noche, fuerzas al mando de los generales Antonio Maceo y Pedro Díaz se burlaron de los 2200 hombres y 300 voluntarios con que contaba la guarnición, al frente de la cual estaba el general Molins, asaltando la población, saqueando los establecimientos e incendiando los edificios más importantes, retirándose a las doce de la noche sin mayores dificultades.
El 11 febrero 1898 el hospital de sangre que en El Seborucal, cerca de Paso Real de San Diego, tenía a su frente a la patricia Isabel Rubio, fue asaltado por fuerzas de voluntarios al servicio del gobierno colonial, procedentes de San Diego de los Baños, que atacaron sin compasión a los heridos y a las mujeres que cuidaban de los mismos, causando la muerte de muchos e incluso la de la propia heroína vueltabajera, quien falleció el día 15 en el hospital San Isidro, de Pinar del Rio.
Wilfredo Fernández Vega, Hijo Predilecto de Consolación del Sur |
Ya en la paz el municipio de Consolación del Sur vio aumentado su territorio con la desaparición de los términos municipales de Alonso de Rojas y San Diego de los Baños durante el primer gobierno interventor. Idéntico beneficio recibió al desaparecer, conforme a la Orden Militar 34 3 de 1900, el término municipal de Paso Real de San Diego, puesto que entonces le fueron asignados los barrios de Herradura y Ceja de la Herradura.
El 16 agosto de 1906 Consolación del Sur fue centro del interés de toda la nación, al dar comienzo en su zona la llamada Guerrita de Agosto, que traería consigo la renuncia del presidente Estrada Palma y provocaría la segunda intervención norteamericana. Se inició con el pronunciamiento en Hato de las Vegas, cerca de Alonso de Rojas, del coronel del Ejército Libertador Faustino Guerra y Puente y un grupo de prominentes liberales. Pero si aquel movimiento tuvo más o menos éxito, porque la sublevación siguió adelante y cayó el gobierno al que se combatía, no alcanzó idéntica fortuna otro originado en la propia villa de Consolación el 15 septiembre 1933 cuando el capitán Fernando Arán Prendes y un grupo de oficiales, clases y soldados se alzaron en armas contra Fulgencio Batista, sólo para ser capturados al siguiente día.
Este breve recuento de lo que Consolación del Sur ha significado dentro de la provincia de Pinar del Río antes y después del establecimiento de la República resultaría omiso si no se aludiera a la amplia labor cultural allí desenvuelta y que posiblemente justificó que la villa fuese conocida como la “Atenas de Vuelta Abajo”. El eje alrededor del cual giró esa actuación fue la sociedad “La Unión”, fundada el 29 abril 1883, y la cual, con la cooperación de asociados ilustres, estableció en 1890 con carácter gratuito un colegio de segunda enseñanza en el cual estudiaron el bachillerato numerosos jóvenes, incluyendo a Wifredo Fernández Vega. Además tenía una Sección de Arte que ofrecía actos culturales y representaciones teatrales. Otras sociedades de la localidad eran la sociedad Gloria, El Porvenir y el Casino Español. En adición hay que mencionar la constancia con que vieron la luz dos publicaciones: “La Tribuna” fundada en 1904 por Abelardo Torre, y “La Aurora” editada desde 1910 por Ángel Felipe Menéndez.
Además de los mencionados anteriormente, la lista de los hijos distinguidos de Consolación del Sur debería incluir entre los que se han significado en la vida pública del país, a los senadores Wifredo y RamónFernández Vega (quien también fue gobernador provincial), José Manuel Gutiérrez Planes y Manuel Suárez Cordovés, a los representantes Ramón Alvarez y Rodríguez, Alberto Bravo Suárez (alcalde durante más de tres lustros), Regino Díaz Robainas, José Lloréns y Ubieta e Ibrahim Urquiaga y Arrastía (quien presidió la Cámara), a los ministros del Gobierno Amadeo López Castro (también fue representante) y Rubén Darío Rodríguez, y al gobernador provincial de La Habana Ernesto Asbert y Díaz, figura destacada de la política nacional.
Dentro de los que han sobresalidoen las lides intelectuales, Luis Agüero. Francisco Antich e Izaguirre (poeta de fines de siglo), Eulogio Horta (escritor y periodista que se destacó en La Habana en los primeros años de la República), Enrique Lebrija, José Montoro y Agüero, Evaristo Morejón, Heberto Padilla y César de la Puente, periodista local. En el profesorado universitario se deben destacar Bernardo Crespo, Andrés García Rivera, José Manuel Gutiérrez, Atanasio Hernández Izaguirre y Buenaventura Rueda Pérez. Como educadores han destacado en Consolación del Sur, Oscar Cabrisses, Celia Capote Otero, Laura Carrión, Paula Concepción, Bárbara Cruz Martín, Antonio Lloréns de Rodríguez, Francisco Rodríguez Contreras, Coralí Rodríguez San Pedro de López Castro, Carmen Saumell, Salvador Valdés y Ciprián Valdés y Langhéan.
Como profesionales, brillaron en Consolación del Sur los médicos Ramón María Alfonso y García, PedroBarillas, Antonio Concepción y Cruz, MiguelCruz y Valdés, Pedro Díaz y Venereo, RaúlFerrer Nussa, Eduardo Fontanilles y Badía, Miguel Henríquez Porto, Ilefonso Mas y Hernández, Octavio Montoro y del Pino, José Pereda y Gálvez y Raimundo Ubieta y Robainas; el farmacéutico Antonio Ferrer y Cruz y el abogado Fausto García Rivera, así como Ángel M. Chinno Rodríguez y José Montoro Céspedes miembros de la judicatura.
Consolación del Sur otorgó el 19 febrero 1914 el título de Hijo Predilecto a Wifredo Fernández Vega, la más descollante personalidad política producida por Vuelta Abajo, gran orador parlamentario y, por encima de eso, uno de los más grandes periodistas que ha tenido Cuba.
Amadeo López Castro no nació en la villa, pero llegó allí de pocos meses de nacido, Se formó por su personal esfuerzo, brilló en el ejercicio profesional, y cuando alcanzó la Secretaría de Agricultura fue el forjador de la vital Ley de Coordinación Azucarera.
Alcaldes municipales:
1899: Miguel Enríquez Porto
1899: Antonio Ferrer Cruz
1900 – 1901: Rafael Díaz Arrastía
1902 – 1907: Sin información disponible
1908: Andrés Páez y Valdés
1912: Antonio Ferrer Cruz
1916-1920 – 1922- 1926, Alberto Bravo Suárez (Pasó a la Cámara de Representantes en 1931, siendo sustituido por el presidente del Ayuntamiento Sergio Erbiri Romero)
1932: Manuel Rodríguez San Pedro
1933: Eleuterio Sainz (facto)
1933: Casimiro de la Incera (facto)
1933, Manuel Canellada (facto)
1936: José Besó y Lorenzo
1940 – 1944: Antonio Alberto Ferrer Nussa
1946: Pedro Díaz Venereo
1950: Marcelino Leal Díaz
1952: Enrique González (facto)
1954: Julio Fernández y Pinelo